viernes, 26 de diciembre de 2014

CÁSCARAS DE MANDARINA Y CHOCOLATE.

A ver, ¿por dónde empiezo? .... Pues...pidiendo disculpas por este post: uy, ¡qué raro suena esto así, nada más comenzar! 
Os pido disculpas por la manera de elaborar esta receta, porque no os va a sonar muy profesional lo que os voy a contar y no va a parecer que yo supiese muy bien lo que hacía cuando lo hice. Es una receta por impulsos desde el principio hasta el final: como si ella sola hubiese querido nacer sin que nadie hubiese pensado nunca elaborarla. 
Os cuento la historia para que comprendáis de qué estoy hablando. 

Todo comenzó el domingo pasado, en el transcurso de una comida familiar: estábamos comiendo paella. Yo ese día iba comiendo despacio, no sé si por estar hablando con alguien o porque me dio por ahí y decidí masticar como Dios manda. El caso es que estaba centrada terminándome el plato de paella y casi todos los demás iban ya por el postre. Cuando de pronto, percibe mi olfato un aroma a mandarina tremendo y al mismo tiempo oigo a mi cuñado decir: "lo mejor de estas mandarinas es la cáscara, ¿las habéis olido? En ese momento, levanté la cabeza, miré las cáscaras de mandarina de la persona que tenía a mi izquierda (que por cierto, no sé su identidad porque mi cerebro raramente ha suprimido esa información) y dije: no tiréis las cáscaras, las quiero. En ese momento, se me había encendido la bombilla y recordé que una vez había leído que si blanqueábamos las cáscaras de los cítricos estas dejaban de amargar y aportaban un sabor "brutal" . ¿Cómo íbamos a desperdiciar esas fantásticas cáscaras?
 Como éramos muchos conseguí aproximadamente las cáscaras de un kilo y medio de mandarinas. 

Os cuento la receta, pero esta vez va mezclada con su historia. Me gusta separarlas, pero esto ahora no va a poder ser. Eso sí: al final separaremos  los ingredientes, para verlo todo claramente. 

Nunca he blanqueado la cáscara de un cítrico, o al menos, nunca lo he hecho bien (es la segunda vez que pruebo).
 Blanquear las cáscaras consiste en ponerlas en agua y cuando esta empiece a hervir tirarla y volver a echarles agua fría hasta que empiece a hervir de nuevo, la volvemos a tirar y repetimos el proceso. Esto hay que hacerlo hasta que la parte blanca de la cáscara del cítrico que estemos usando deje de amargar. 
La primera vez que lo hice cambié el agua seis veces y seguía amargando. Me cansé y tiré las cáscaras.
 Así que, esta vez les cambié el agua diez veces, probé una cáscara y no me pareció que amargase nada. Puse una sonrisa en mi cara y pensé: conseguido. 
No tenía ni idea de qué iba a hacer con las cáscaras "blanqueadas", pero sabía que enteras no se podían quedar. Así que... A triturarlas. 
Estaba yo triturando cáscaras, cuando, de repente, mi cerebro me manda la orden de "pruébalas de nuevo". Cojo una cuchara, me la meto en la boca y ohhhh, amarga. Jo, ya están a medio triturar, no puedo volver a meterlas en agua. Y ya, en ese momento, se me desdobló el cerebro: es algo curioso cuando te pasa esto: te ordena dos cosas totalmente opuestas al mismo tiempo, las dos con la misma intensidad y, sin embargo, solo obedeces a una de las órdenes, ignorando la otra por completo, sin saber bien por qué respondes ante esa y no ante la otra.... 
El caso es que una parte de mí me decía: "tira las cáscaras ya". 
La otra insistía: "todavía tiene arreglo". 
Esta vez le hice caso a la segunda, lógicamente. Si no, no estaríamos aquí. 
Vamos a quitarle el pequeño amargor que desprenden las cáscaras de mandarina. ¿Y eso como se hace? Ni idea. Dos yogures con las cáscaras y a batirlo todo. Probamos, amarga todavía.
 Cerebro 1: "tíralo ya"; cerebro 2: "ponle queso". 
Le ponemos queso en crema, probamos, amarga. 
Cerebro 1: "tíralo ya"; cerebro 2:"ponle azúcar". 
Seguimos batiendo. Probamos. Amarga, pero solo le sale el amargor levemente.
Cerebro 1:"tíralo ya"; cerebro 2: "¿por qué no te callas?. 
Le ponemos nata. Batimos y probamos: no está para tirar cohetes, tampoco para tirarlo. Pero el cerebro 1 sigue atacando y el 2 se ha quedado sin mucha energía para luchar. Lo meto en el frigorífico y ya decidiré al día siguiente. 
Ya es martes, el cerebro que todo lo tira se ha dado por vencido, mientras el triunfador decide ponerle a la mezcla del día anterior el zumo de una naranja con gelatina neutra. 
Hidrato tres hojas de gelatina neutra unos cuatro minutos . Escurro bien. Caliento un poco del zumo de naranja para disolver la gelatina. 
Una vez disuelta  lo mezclo con todo. Emulsiono bien, paso por un chino y descubro que tenemos un sabor refrescante, levemente dulce y delicadamente amargo. Me encanta. 

Metemos la mezcla en una manga pastelera y vamos poniéndola en unos vasos de chupito. La dejamos un par de horas enfriando en el frigorífico.
Es el momento de pensar de verdad, de no actuar por impulsos: un ganache de chocolate con leche pienso que le iría bien como contrapunto dulce a la mezcla. 
Ya no quiero arriesgar más. Así que disuelvo un poco de chocolate en nata y lo pruebo mezclado con la crema. 
Ahora sí se me ha puesto una sonrisa grande en la cara: he triunfado. 

Para hacer el ganache de chocolate con leche, calentamos la nata hasta que hierva, ponemos el chocolate en la nata caliente y ya fuera del fuego y le damos vueltas hasta que este se disuelva. Dejamos templar un poco y vertemos en los chupitos. 
Para darle un contrapunto de color he hecho un ganache de chocolate blanco (se hace igual que el anterior) y, en caliente, lo he puesto sobre el de chocolate con leche con cuidado, para que quede un círculo lo más perfecto posible. 
Una pizca de cacao en polvo al 70%, por encima, y listo. 

Tengo que decir que los mismos (y unos pocos más) que iban a tirar las cáscaras de las mandarinas me felicitaron por el resultado de estos chupitos. 
Os cuento los ingredientes y os hago un resumen de la elaboración para que quede todo más claro. 
Con las cantidades que he puesto me salieron 18 chupitos. 

INGREDIENTES.
 
PARA LA CREMA. 

Las cáscaras de un kilo y medio de mandarinas. 
Dos yogures naturales azucarados. 
300 gramos de queso en crema. 
210 gramos de azúcar. 
200 mililitros de nata para montar. 
El zumo de una naranja. 
3 hojas de gelatina neutra. 

PARA EL GANACHE DE CHOCOLATE CON LECHE.

200 mililitros de nata para montar. 
200 gramos de chocolate con leche. 

PARA EL GANACHE DE CHOCOLATE BLANCO. 

100 mililitros de nata para montar.
100 gramos de chocolate blanco. 

PARA DECORAR. 

Cacao puro en polvo al 70%. 

RESUMEN. 

CREMA.

Blanqueamos las cáscaras de las mandarinas. Trituramos junto a los yogures. Le agregamos el queso, el azúcar y la nata y mezclamos bien. Dejamos reposar 24 horas. Pasamos por un chino para quitarle impurezas y hacer una crema más suave. 
Hidratamos las hojas de gelatina y las disolvemos en el zumo caliente de una naranja. Emulsionamos con la crema. 
Metemos en una manga pastelera y distribuimos la crema en los vasos de chupito. 
Enfriamos en la nevera dos horas. 

GANACHE DE CHOCOLATE CON LECHE. 

Calentamos la nata hasta que hierva.  Añadimos el chocolate y movemos hasta que este se disuelva. Dejamos templar y ponemos en los chupitos, encima de la crema de cáscara de mandarina.

GANACHE DE CHOCOLATE BLANCO. 

Calentamos la nata hasta que hierva.  Añadimos el chocolate y movemos hasta que este se disuelva. 
Todavía caliente lo ponemos con una cuchara, con cuidado, en el centro del ganache de chocolate con leche,para que se integre en este y forme un círculo blanco que le dará un contrapunto de color. 

Terminamos los chupitos con un poco de cacao amargo por encima. Y listo. 

La manera de escribir esta entrada tampoco ha sido muy normal. Hace tres días que hice los chupitos y hoy, a las cinco de la mañana, me despierto y pienso: voy a escribir la receta. Cerebro 1:" ¿te vas a levantar ahora?; cerebro 2: "total, estoy dándole vueltas y no puedo dormir. La respuesta es sí". 








 

miércoles, 10 de diciembre de 2014

MOSCOVITAS CON SÉSAMO Y NARANJA.

Las moscovitas son unas pastas finas y crujientes de almendras con un ligero baño de chocolate. 
La primera vez que las vi fue en el blog Cacocinas, hace casi un año. Me llamaron la atención por el buen aspecto que tenían y las hice en ese momento, con su receta. Recomendable, Cacocinas nunca falla. 
Hoy la he cambiado un poco: le he puesto sésamo, cáscara de naranja, he reducido la cantidad de almendras de la receta original y he cambiado el tipo de azúcar. El resultado me ha gustado bastante. Recomendable también. ;)




INGREDIENTES. 

180 gramos de almendra marcona cruda en granillo. 
20 gramos de sésamo tostado. 
200 gramos de azúcar blanquilla. 
200 mililitros de nata 35% m.g.
40 gramos de harina de trigo. 
La cáscara de media naranja (sin la parte blanca). 
300 gramos de chocolate con leche. 


ELABORACIÓN. 


Calentamos la nata junto con el azúcar hasta que hierva y se disuelva bien. Le agregamos la cáscara de naranja y el sésamo. Trituramos. 
Ponemos  de nuevo a fuego suave, añadimos la almendra y la harina tamizada y le damos vueltas a la mezcla hasta que espese un poco (unos cinco minutos). Nos fijamos bien en que no tenga grumos. Dejamos templar. 

Ponemos papel vegetal en una llanda o bandeja de horno. 
Con una cuchara de postre hacemos pequeños montoncitos con la masa sobre el papel vegetal, dejando un poco de distancia entre unos y otros, ya que la masa al calentarse se extiende y aplana y si están muy cerca se pegarán entre si. 
Horneamos a 180 grados unos diez minutos (cuando estén doradas). 
Fundimos el chocolate al baño maría. Dejamos templar y pintamos con un pincel nuestras moscovitas (una capa fina de chocolate). Las dejamos sobre un papel vegetal hasta que el chocolate se endurezca. 
Listas para engullir. 

También podemos hacer unas rocovitas, que como todos sabemos es una variante de las moscovitas. 
Las rocovitas son unas rocas de moscovitas trituradas con chocolate con leche. Estas fueron creadas con las moscovitas más imperfectas, aquellas que en el horno decidieron no ser redondas. 
Otra variante de las moscovitas son estas rocas de moscovitas trituradas con pistachos y chocolate blanco y bañadas en chocolate con leche. 
Y unas moscovitas hechas con sésamo negro y en molde. 
Espero que las disfrutéis tanto como yo. 


domingo, 30 de noviembre de 2014

CARROT CAKE


Este postre iba a ser una carrot cake (tarta de zanahoria). Tengo pendiente hacer una, porque mi hermano Antonio me insiste en que está muy buena y, de momento, con los postres él nunca me ha fallado, pero tengo la pequeña manía de empezar a hacer algo y darle veinte vueltas para convertirlo en otra cosa diferente. Así que después de pensar un poco he decidido hacer mi tarta de zanahoria particular: con los mismos ingredientes básicos, pero con otra textura. 
He hecho dos versiones del mismo postre: una mousse de zanahoria y naranja dentro de un chupito y otra con forma de lingotes.



INGREDIENTES.

PARA LA BASE DE LOS LINGOTES. 

40 gramos de galletas. 
40 gramos de mantequilla. 
20 gramos de nueces. 

PARA LA MOUSSE DE LOS CHUPITOS Y DE LOS LINGOTES.

200 gramos de queso en crema. 
90 gramos de zanahoria cocida.
200 mililitros de nata para montar. 
90 gramos de azúcar. 
4 hojas de gelatina neutra. 

PARA LA COBERTURA DE CHUPITOS Y LINGOTES. 

1 gramo de agar agar. 
La cáscara de media naranja. 
El zumo de una naranja. 
90 gramos de zanahoria. 
Media cucharadita de canela. 

PARA DECORAR. 

Chocolate negro al 70%. 


ELABORACIÓN. 

Comenzamos con la base de los lingotes. Para hacerla trituramos las nueces y las galletas. 
Calentamos 10 segundos la mantequilla en el microondas. La mezclamos con las galletas y nueces y la ponemos en el molde. Apretamos la mezcla bien para que quede uniforme. Dejamos enfriar para que solidifique. 

Para hacer la mousse: 
Cocemos las zanahorias y las trituramos. 

Mezclamos el queso y la mitad de la nata. 
Hidratamos la gelatina. 
Calentamos la otra mitad de la nata. Escurrimos la gelatina hidratada y disolvemos bien en la nata caliente. A continuación echamos el azúcar y movemos bien. Unimos con la mezcla del queso y nata fría.  Cuando estén todos los ingredientes integrados ponemos sobre la base de los lingotes o dentro de los vasos de chupitos. Dejamos enfriar. 

Para hacer la cobertura trituramos la cáscara de media naranja (la parte de color naranja, la blanca la desechamos porque amarga) junto al zumo y la zanahoria y el agar agar. Llevamos a ebullición dos minutos. Agregamos la canela y emulsionamos. Dejamos templar y ponemos sobre la mousse. 

Metemos los lingotes en el congelador al menos seis horas. 
Metemos los chupitos en el frigorífico.
Cuando esté cuajada la cobertura decoramos los chupitos con nueces, galletas trituradas y chocolate al 70% rallado y listos los vasitos. 

Transcurridas las seis horas desmoldamos los lingotes y les ponemos chocolate rallado al 70% por encima. En media hora estará listo para consumir.

Y ahora la Tarta de Zanahoria que me ha regalado Antonio, con receta incluida.

Nada, que se ha empeñado en que la haga. La verdad es que está bastante buena. 
TARTA DE ZANAHORIA DE ANTONIO. 

INGREDIENTES. 


Bizcocho:
75 gramos de harina.
Medio sobre de levadura.
75 mililitros aceite de oliva.
75 gramos de azúcar moreno.
100 gramos de crema de zanahoria.
2 huevos.
Ralladura de una naranja.
Media cucharadita de canela. 
Unas gotas de esencia de vainilla. 

Para el relleno y cobertura:
75 mantequilla.
100 queso en crema.
125 azúcar glass.


ELABORACIÓN. 

Cocemos zanahorias.
Batimos los huevos con el azúcar, le agregamos la zanahoria triturada y el aceite. 
Tamizamos la harina con la levadura y añadimos a la mezcla anterior. 
Ponemos la esencia de vainilla y la canela y movemos hasta que todos los ingredientes estén integrados. 
Introducimos en un molde engrasado con mantequilla y horneamos unos 50 minutos a 180 grados. 

Relleno y cobertura. 

Batimos la mantequilla bien, le agregamos el queso  (lo mantenemos en el frigorífico hasta este momento para que esté bien frío)  y seguimos batiendo, cuando esté   bien integrado le ponemos el azúcar glass. 

Partimos el bizcocho por la mitad y rellenamos con nuestra crema de mantequilla y queso. 
Para cubrir metemos la mezcla en una manga pastelera y decoramos. 

Vale, la hago, Antonio, la hago.... 








sábado, 29 de noviembre de 2014

ORO, INCIENSO Y MIRRA.

Este es un entrante al que he puesto por título "Oro, incienso y mirra", pues con este plato he querido representar los tres regalos que los Magos de Oriente entregaron al Niño Jesús en Belén.
Quería elaborar una receta para el Día de Reyes y buscar componentes en el plato que hiciesen alusión o que fuesen, de alguna manera, el símbolo de ese día, pero antes de centrarme en describir el sentido que para mí tiene este plato, voy explicar brevemente lo que simbolizaban estos tres elementos en aquella época y dentro de su contexto.
Melchor, como todos sabemos, entregó a Jesús un cofre con oro: mineral propio de reyes y que simbolizaba el tributo a la realeza de Jesús. 
Gaspar entregó un cofre con incienso, sustancia  que tenía un relevante papel en los ritos religiosos y en las ofrendas a las deidades, por lo tanto era el reconocimiento de Jesús como 
Dios. 
Baltasar le llevó la mirra, aludiendo así a la condición de mortal de Jesús y, por lo tanto, haciendo referencia a su componente humano.
Los Magos entregaron, de este modo, el oro para el rey, el incienso para el Dios y la mirra para el hombre.

El plato: se trata de un entrante que quiere ser la metáfora de los tres elementos que hemos nombrado. Esta metáfora la he intentado representar con tres cuencos que simbolizarían los cofres donde iban los obsequios entregados al Niño. De cada uno de los cuencos sale un alimento principal, buscando similitudes entre los colores de los alimentos y los colores de los elementos que queremos representar.
El plato es una tierra de frutos secos y jamón ibérico, a la que le hemos aportado cremosidad con unas yemas de huevo de codorniz. Junto a estos elementos jugamos con sabores y texturas usando toques crujientes con patatas paja, berenjena, yuca y boniato, que son la combinación perfecta con un champiñon portobello en crudo y trufa negra. Jugamos con las texturas y sabores también añadiendo unas cremas: de calabaza y de shitake. El aliño del plato va encapsulado en isomalt y es una  combinación de aceites, sal de trufa y vinagre.
  Equlibrio de sabores, texturas y olores configuran el plato que quiere ser un regalo para nuestros comensales. 
La receta la vamos a explicar por colores, separando alimentos y atribuyéndolos al elemento que queremos representar: 

ORO.
Crema de calabazas y zanahorias, cápsula de azúcar Isomalt con aliño, crujiente de boniato, patatas paja, yemas de huevo de codorniz.
INCIENSO. 
Tierra de frutos secos y jamón ibérico, crujiente de yuca, el interior del champiñón portobello en crudo, crema de seta shitake, crujiente de berenjena en palitos, el interior de las castañas asadas.
MIRRA. 
Trufa laminada, la parte oscura del champiñón portobello en crudo, la parte oscura de las castañas. 

Comenzamos haciendo la tierra. 

Tierra de frutos secos y jamón ibérico. 

INGREDIENTES. 
Jamón ibérico.
Almendras crudas. 
Pistachos.
Kikos.
Nueces. 
Avellanas.
Pan tostado. 

ELABORACIÓN 
Deshidratamos el jamón en el horno a 180 grados durante 15-20 minutos, sobre un papel vegetal. 
Trituramos bien junto los frutos secos y el pan. Reservamos. 

Crema de calabaza y zanahorias.

INGREDIENTES. 
Calabaza.
Zanahoria.
Cebolla.
Sal.
Aceite de oliva virgen extra.


ELABORACIÓN.
Pochamos la cebolla. Le agregamos la calabaza y la zanahoria, le damos un par de vueltas y le agregamos un poco de agua hasta que la zanahoria y la cebolla estén blandas. 
Trituramos y pasamos por un chino  para obtener una crema más fina.
Reservamos. 

Crema de seta shitake. 

INGREDIENTES.
Seta shitake. 
Cebolla.
Aceite de oliva virgen extra. 
Sal. 

ELABORACIÓN.
Limpiamos la setas bien y las partimos. 
Pochamos la cebolla en un poco de aceite y agregamos setas con sal y las salteamos, le añadimos un poco de agua y dejamos un par de minutos en el fuego, tapadas. Trituramos. Reservamos. 



Castañas asadas. 

Lavamos las castañas y les hacemos un corte. Horneamos 20 minutos a 180 grados. 
Pelamos, partimos en trocitos pequeños y reservamos. 

Champiñón portobello 

Limpiamos bien el champiñón y separamos la parte oscura (exterior) de la parte blanca (interior), para poder jugar con los colores en el plato. Partimos en finas láminas ambas partes. Reservamos por separado.

Aliño encapsulado en isomalt. 

INGREDIENTES. 
Azúcar isomalt.
Unas gotas de agua. 

ALIÑO
Aceite de trufa, aceite Arbequina, sal de trufa y vinagre. 

ELABORACIÓN. 

(1) Empezamos con el aliño: emulsionamos aceites, vinagre y sal. Los metemos en un vaso con boca pequeña, tipo chupito. Se trata de meter este aliño dentro de una burbuja de isomalt. Para hacer esto necesitamos un aro metálico pequeño (la anchura ideal es la de la boca de una botella de agua) y un tapete de silicona para ir poniendo las cápsulas que hagamos. 
(2) Ponemos el isomalt en un cazo, junto a la gotas de agua, en el fuego hasta que el azúcar esté fundida. 
(3) Cuando deje de burbujear esperamos un minuto.
(4) Metemos el aro dentro del isomalt fundido y lo sacamos con cuidado de no quemarnos. 
(5)  isomalt debe quedarse pegado al aro como si mojas un aro en jabón para hacer pompas, pero en vez de soplar, como haríamos con el jabón, vamos a volcar con mucho cuidado el aliño ,que tenemos en el chupito, dentro del aro. De este modo, el peso del aliño empujará del isomalt y hará que se forme la burbuja(6). 
(7) La burbuja debe caer por su propio peso (8), aunque si no le hace le podemos ayudar nosotros tirando un poco de ella para abajo, siempre con mucho cuidado porque estamos trabajando con temperaturas muy altas. 
Una vez que tengamos el aliño dentro reservamos(9).
Al ser lo que más dificultad presenta en este plato, vamos a poner unas imágenes para que se vea con más facilidad. 

Trufa. 

Hacemos láminas lo más finas posibles. 

Yemas. 

Necesitamos huevos de codorniz. Separamos las claras de las yemas. 

Crujientes.

INGREDIENTES. 

Berenjena. 
Yuca. 
Patata.
Boniato. 
Harina de trigo.
Aceite de oliva virgen extra.
Sal.

ELABORACIÓN.

Pelamos la berenjena, la partimos finita, tipo "paja" y la metemos en leche para que pierda el amargor una hora. 
La yuca la pelamos y la cortamos finita, para hacer unos chips, en cuadraditos pequeños. 
Pelamos y cortamos la patata tipo "paja". 
Pelamos el boniato y con un sacabolas vamos sacando medias esferas. 
Freímos yuca, boniato y patatas, por separado. Los ponemos en un papel absorbente. Les ponemos sal.
Escurrimos bien la berenjena, la pasamos por harina, le ponemos sal y la freímos. 





MONTAMOS EL PLATO. 

Volcamos tres cuencos. 
Comenzamos poniendo la tierra que saldrá del cuenco del centro. Esta operación la podemos ir realizando en cuanto tengamos lista la tierra, ya que sobre ella caerán otros ingredientes. 
Ponemos pequeños montoncitos de crema de calabaza saliendo del primer cuenco y otros montoncitos de crema de shitake donde acaba la tierra que hay pegada al tercer cuenco. 
Ponemos los trozos de castaña asada blanca encima de la tierra y los más oscuros (los de la parte externa) saliendo del tercer cuenco. Hacemos lo mismo con el champiñón portobello (los blancos saliendo del segundo cuenco y los oscuros del tercero). 
Colocamos el isomalt saliendo del primer cuenco y sobre la tierra, ya que dentro va el aliño que regará dicha tierra. 
Situamos las yemas también sobre la tierra para ir fundiendo los elementos que conforman el plato. 
Situamos la trufa saliendo del tercer cuenco. 
Para finalizar distribuiremos los distintos crujientes sobre la tierra, cada uno cercano a su cuenco de origen dependiendo de su color, menos las patatas paja que estarán distribuidas por todo el plato para  conformar la Unión definitiva de los distintos ingredientes. 



El comensal con un toque leve romperá las burbujas de isomalt y el aliño caerá sobre el plato. 


























ROLLOS DE NARANJA DE CIEZA vs ROLLOS DE ZANAHORIA Y CHOCOLATE.

En esta entrada voy a escribir dos recetas juntas: por un lado, unos rollos de naranja típicos de mi tierra, Cieza; y por otro, una versión que he hecho de estos rollos, pero cambiando un poco los ingredientes: unos rollos de zanahoria y chocolate con leche.


Los rollos de naranja son un clásico en Cieza. Y se llaman así: rollos, no roscos. Que nadie me intente convencer de que los rollos se llaman roscos o rosquillas, porque si les cambiamos el nombre seguro que no están tan buenos. 
Existe un negocio en esta localidad en el que venden, o al menos vendían en el pasado, cientos de kilos. Recuerdo cuando mi madre me mandaba los sábados por la mañana a comprar un kilo de rollos de naranja y otro de tortas de naranja. Antes de doblar la esquina donde está el local ya podías saborear su aroma,¡ qué gozada! Y justo al doblar la esquina "tu gozo en un pozo", ya que había una cola de personas que no cabían en el local y que esperaban en la calle (una hora de espera, pero cualquiera volvía sin los rollos). La verdad es que eran los mejores que hacían y hacen en el pueblo, por lo crujientes, tostaditos, con sabor auténtico a naranja. Estoy segura de que cualquier ciezano sabe de qué comercio estoy hablando. 
La receta que voy a poner a continuación es la que más he conseguido que se acerque, de todas las que hecho, a la de esos rollos crujientes y deliciosos. 
Por otro lado, con la base de esta receta y cambiándole algunos ingredientes, he construido unos nuevos rollos (que se llamarán rollos y no roscos, en honor a mi tierra): rollos de zanahoria y chocolate con leche. Deberíais probarlos, no digo más. 

ROLLOS DE NARANJA. 

INGREDIENTES. 
140 gramos de azúcar.
40 ml de anís.
75 ml de zumo de naranja.
125 ml de aceite de oliva Arbequina o de girasol.
Cáscara de una naranja.
380 grs de harina de trigo. 
Una cucharadita de bicarbonato. 
Un huevo. 

ELABORACIÓN. 

Pelamos la naranja desechando la parte blanca de la cáscara, que amarga, y aprovechando la de color naranja. 
Trituramos la cáscara con el zumo de naranja, con el aceite y el anís. Mezclamos con el azúcar. Agregamos la harina y el bicarbonato y amasamos bien hasta que todos los ingredientes estén perfectamente integrados. 
Sobre una bandeja de horno ponemos un papel vegetal. 
Cogemos pequeñas porciones de masa y le damos forma de palitos, de los cuales uniremos sus extremos. Como podemos apreciar en la foto.


Separamos los rollos unos de otros unos cinco centrímetros, para evitar que se adhieran entre ellos. 
Batimos el huevo y pintamos los rollos con él.
 Les espolvoreamos azúcar por encima. 
Horneamos a 180 grados unos 20 minutos o hasta que los veamos dorados. 




ROLLOS DE ZANAHORIA Y CHOCOLATE.

INGREDIENTES. 

175 gramos de azúcar.
30 ml de leche. 
125 ml de aceite Arbequina o de girasol.
35 ml de anís.
100 gramos de crema de zanahoria. 
Una cucharadita de canela.
Una cucharadita de bicarbonato.
475 gramos de harina de trigo. 
150 gramos de chocolate con leche.



ELABORACIÓN.

Para obtener la crema de zanahoria solo tenemos que pelar las zanahorias o lavarlas bien y cocerlas con un poco de agua. Cuando estén blandas trituramos. 
Mezclamos 100 gramos de la crema con el azúcar, el aceite, el anís y la leche. Cuando tengamos una crema homogénea agregamos harina, bicarbonato, canela y amasamos bien. Le damos la forma, pintamos y horneamos, del mismo modo que los rollos de naranja.
Una vez tengamos los rollos hechos fundimos el chocolate para mojarlos en él. 
Para fundir el chocolate lo metemos 30 segundos en el microondas, le damos un vuelta y lo volvemos a meter otros 30 segundos. Movemos hasta que se termine de fundir, ya fuera del microondas. 
Cubrimos la mitad de cada rollo con chocolate y los dejamos endurecer sobre un papel vegetal. 












viernes, 21 de noviembre de 2014

MOUSSE DE MARRÓN GLACÉ, QUESO Y CÍTRICOS.


Qué mezcla más bonita: una mousse de queso y marrón glacé, con una cobertura de piña, naranja, limón, uvas. La base: de chocolate con leche previamente templado.
La verdad es que la receta ha sido el resultado de una construcción por impulsos: lo único que tenía claro cuando empecé a elaborarla era la mousse, el resto vino sobre la marcha. 
Comencé haciendo la mousse porque la idea era congelarla en mi nuevo molde con forma de lingotes que tenía que estrenar ya, pero ya.
La mousse me pedía a gritos una cobertura de naranja, porque quería refrescarla un poco, pero sólo tenía dos naranjas y lo de ir a comprar más me daba una pereza tremenda. Así que me dije: la voy a liar, la voy a liar... Me encanta liarla, la verdad.
 Abrí el frigorífico: piña y uvas, suficiente. Además, tengo limones que me trajeron mis amigos murcianos. 
¿Cómo no le voy a poner limón siendo de Murcia? 
Si le ponemos limón a todo: a la sopa, a los michirones, al pescado, a la carne, al granizado de limón, a las patatas fritas de bolsa..... Pues a la mousse también: tenemos que ser fieles a nuestros orígenes y nuestros principios y gastar la superabundancia de limones que hay en nuestra tierra. 
¿Por dónde Iba?... Ah, por mi escepticismo con respecto a que la cobertura de cítricos le fuese bien a la mousse de marrón glacé, pero cuando uno ya está liado tiene que cerrar los ojos y decir: "carretera y manta". Pase lo que pase disfrutaré haciéndolo y si fallo aprenderé de ello.
 Está feo que yo lo diga, resulta poco humilde, pero hoy me he levantado presuntuosa: está de DIEZ. Sabor refrescante en la boca, ligero toque a queso y marrón glacé. Diosss, ¡qué bueno estaba!




INGREDIENTES.

PARA LA MOUSSE. 

225 gramos de queso cremoso.
150 gramos de crema de marrón glacé.
200 ml de nata para montar. 
75 gramos de azúcar.
4 láminas de gelatina neutra. 

PARA LA BASE.

100 gramos de chocolate con leche. 

PARA LA COBERTURA. 

2 naranjas.
1 limón.
2 rodajas gruesas de piña. 
16 uvas sin semillas. 
1 gramo de agar agar. 

ELABORACIÓN. 

Como la base no va integrada en la mousse, no hace falta que comencemos con ella. Así que la vamos a dejar para el final y empezaremos la casa por el tejado. 

Empezamos separando la nata, ya que necesitamos 100 ml caliente y 100 ml fría. 

Hidratamos las láminas de gelatina neutra, unos cuatro minutos (o lo que nos indique el envase). 
Calentamos la mitad de la nata y disolvemos en ella el azúcar. 
Escurrimos bien la gelatina hidratada y la disolvemos también en la nata. Dejamos templar.


Cogemos la nata fría y la ponemos en un bol junto al queso y el marrón glacé. Batimos, con una batidora de doble varilla, para meterle aire a la mezcla. 
Con movimientos envolventes integramos la nata, que teníamos templando, con el resto de ingredientes. Ya tenemos nuestra mousse. 

Introducimos la mousse en las cavidades de un molde con forma de lingotes, sin llenarla hasta arriba, ya que tenemos que dejarle espacio a la cobertura. La metemos en el congelador, para que se vaya enfriando, una hora.

Seguimos con la cobertura: le quitamos la piel a una naranja y a medio limón, desechando la parte blanca que, como ya sabemos bien, amarga. La deshidratamos un poco en el microondas, un minuto aproximadamente, y reservamos. 
Exprimimos las naranjas.
Le quitamos la piel a la piña y trituramos junto a la naranja exprimida y las uvas lavadas. 
Colamos para quedarnos solo con el jugo de las tres frutas y le quitamos la espuma que tendrá por encima. 
Introducimos las cáscaras de naranja y limón deshidratadas en el jugo y trituramos: la idea es que nos queden trocitos pequeños de la cáscara de ambos cítricos integrados en el zumo de frutas. 
Disolvemos el agar agar en el jugo. Introducimos en un cazo y lo llevamos a ebullición dos minutos. Dejamos templar un poco. 


Sacamos la mousse del congelador y vertemos el jugo sobre cada una de las cavidades. Volvemos a introducir en el congelador al menos doce horas, para que sea un bloque y así poder desmoldarla con facilidad. 
Para preparar la base, templamos el chocolate y lo ponemos en un molde con forma de monedas. Dejamos que se solidifique a temperatura ambiente o aceleramos el proceso en el frigorífico. Cuando el chocolate esté duro lo podemos desmoldar. 
Montamos nuestro postre: ponemos como base tres círculos de chocolate. Sacamos del congelador los lingotes, desmoldamos y los situamos sobre la base. 
Metemos en el frigorífico un par de horas,para que se descongele, o media hora a temperatura ambiente y .... Listo para consumir. 




miércoles, 12 de noviembre de 2014

CACO BURGUER.

¿Por qué Caco-burguer? ¿Por qué este nombre? Porque le he puesto el nombre de su creador. Yo sé que para él no llega a ser creación, porque desde su punto de vista solo me ha dicho cuatro ingredientes y la receta la he elaborado yo. Para mí no es mía, o sí, pero solo porque me la han regalado.
¿Cómo fue la cosa? Me topé con una carne de hamburguesa estupenda, de vacuno, y quería que mi hamburguesa fuese especial. Aprovechando que Caco Galmés, de Cacocinas  , se suele prestar a responder a cada una de mis dudas, le pedí que me dijese como hacer una hamburguesa diferente y especial. En dos minutos construyó la receta. Y digo construyó porque estoy segura que él nunca la ha hecho, pero tiene repertorio para miles de cosas y me lo ha demostrado en muchas ocasiones. 
Esta hamburguesa debería haber ganado la prueba de Top-chef, pero bueno, da igual. La voy a patentar y me voy a forrar. Caco, para ti será el 0,7% de los beneficios. 
La hamburguesa: buena carne de vacuno, pimientos, cebolla, setas y reducción de PX. 

INGREDIENTES. 

Carne burguer de vacuno. 
Pimiento rojo.
Cebolla.
Setas shitake. 
Orégano.
Pedro Ximénez (PX).
Ketchup.
Mostaza. 
Pan de hamburguesa. 

ELABORACIÓN. 

Empezamos haciendo la reducción de Pedro Ximénez: ponemos un vaso de PX en un cazo a reducir, cuando haya reducido a la mitad ligamos con el ketchup y la mostaza. Le agregamos un poco de orégano. Ya tenemos nuestra salsa. Reservamos.
Pochamos la cebolla y salteamos junto al pimiento y las setas shitake. Reservamos. 
Hacemos la hamburguesa en una plancha. 
Tostamos el pan de hamburguesa y ya podemos montarla. 

Pan, hamburguesa, verduras y salsa: una delicia. Para mí es la mejor hamburguesa que he probado nunca y por eso me he decidido a publicarla, aunque no sea mía, porque creo que la humanidad tiene el mismo derecho que yo a deleitarse con esta receta. 

Muchas gracias Caco Galmés.

martes, 11 de noviembre de 2014

CREMA DE CALABACÍN, CASTAÑAS Y CRUJIENTE DE BERENJENA.

Esta receta es la deformación o transformación de una sopa de berenjenas que hago, desde hace algún tiempo (berenjenas, huevo duro, cebolla, ajo, jamón ibérico...). Digo que es la deformación porque la sopa ha pasado por varias fases: la primera fue ser una deliciosa sopa; en segundo lugar se convirtió en sopa "deshidratada" y emplatada en un molde (la acompañé de morcilla); cuando me cansé de la sopa cogí todos los ingredientes, incluyendo la morcilla y los hice en crujiente, cambiando el huevo, que dejó de ser duro para convertirse en poché; y, la última fase de la sopa de berenjena original es esta. Ahora os la cuento, pero primero voy a detallar los ingredientes, que lo veamos todo más claro.
Espero que os guste, porque a mí me ha encantado.

INGREDIENTES. 

PARA LA CREMA. 

2 calabacines.
1/2 berenjena.
12 castañas.
1 cebolla. 
Aceite de oliva Óleo Quirós variedad Picual.
Sal. 
Cuatro gotas de vinagre de módena.

PARA EL CRUJIENTE. 
Jamón ibérico.
1 berenjena. 
1 puerro. 
Harina de trigo. 
Sal.

PARA EL ACABADO

Un huevo de codorniz. 
Sal de trufas.
Piñones.

Os la cuento ya: crema de calabacín, berenjena y castañas, con crujiente de berenjena y puerro y acompañada de huevo poché con sal de trufa. Se tarda más en describirlo que en hacerlo. 

ELABORACIÓN 

Comenzamos con la crema: partimos la berenjena por la mitad longitudinalmente, le hacemos unos cortes, le ponemos sal y asamos en el horno unos 25 minutos a 180 grados hasta que la carne esté blanda. Reservamos.
Lavamos las castañas y les hacemos un corte. Horneamos 20 minutos a 180 grados. Reservamos. 
Lavamos el calabacín y lo limpiamos, conservando la piel y desechando las puntas. 
Pelamos y partimos la cebolla. Pochamos la cebolla.
Ponemos el calabacín en una olla con un poco de agua y sal y cocemos. 
Trituramos calabacín, cebolla, castañas peladas y berenjena sin piel. Le agregamos el vinagre. Pasamos por un chino para tamizar y obtener una crema fina. Emulsionamos con aceite y reservamos.

Para el crujiente: pelamos y cortamos la berenjena, dejándola fina, con la forma que más nos guste. Yo he hecho rectángulos. 
La metemos en leche para quitarle el amargor y la dejamos una hora. Escurrimos, rebozamos en harina de trigo y freímos en aceite de oliva virgen extra. 
Partimos el puerro, lo rebozamos y freímos. 
Deshidratamos el jamón en el horno a 180 grados durante 15-20 minutos, sobre un papel vegetal. 

Para el acabado: salteamos los piñones en una sartén. Cuando se empiecen a dorar los sacamos para que no se quemen.
Escalfamos los huevos en agua hirviendo con vinagre. 

Para emplatar colocaremos la crema y sobre esta nuestros crujientes, aprovechando estos como base para nuestro huevo poché. Decoramos con piñones y crujiente de jamón. Ponemos sal de trufa sobre el huevo y ya tenemos nuestro exquisito plato, que está bueno, pero bueno bueno.... 

Os gustará...









domingo, 9 de noviembre de 2014

MOUSSE DE CASTAÑAS, CHOCOLATE Y NARANJA.

Hemos llegado al mes de noviembre con manga corta y muchas ganas de encender una lumbre para asar carne y ya de paso aprovechar las ascuas para hacer unas castañas, pero cualquiera se atreve a ponerse al lado del fuego estando a treinta grados.
Tenemos un producto de temporada, delicioso, que te invita a ponerte al lado de la chimenea, ver la lluvia a través de los cristales, coger una sartén agujereada y asar, pero con los calores y la ausencia de lluvia el ingenio se agudiza: ¿Hacemos granizado de castañas? ¿Flan de castañas? ¿Helado de castañas? ¿Mousse? Vale, mousse. He tardado tanto en decidirme que poco más y se pasa la temporada. A cambio, ha llegado el frío. Puedo hacer mi mousse y de postre castañas asadas. 

Esta tarta es una mousse de castañas y chocolate con leche , cubierta por un glaseado de chocolate blanco y naranja. 




BASE.

INGREDIENTES.

120 gramos de galletas de naranja. 
 60 gramos de mantequilla. 

ELABORACIÓN.

Trituramos las galletas hasta que queden hechas un polvo homogéneo. Mezclamos el polvo con la mantequilla a temperatura ambiente y la masa resultante la extendemos en la base de un molde desmoldable cubierto de papel vegetal. Metemos en el frigorífico para que la mantequilla se endurezca y quede ligada con las galletas. 

PURÉ DE CASTAÑAS. 

INGREDIENTES.

200 gramos de castañas.
250 ml de leche. 
15 gramos de azúcar moreno.
Ralladura de medio limón.

ELABORACIÓN.
Lavamos las castañas, les hacemos un corte con el cuchillo y las metemos de 5 en 5 ,unos 20 segundos, a potencia media en el microondas. Tenemos que meter 5, pelarlas y meter otras 5. Así hasta pelarlas todas. El meterlas poco a poco es para que podamos quitarles la cáscara con facilidad. Yo las metí todas de golpe y solo pelé bien las primeras, porque una vez que se enfrían se convierte en tarea imposible. 
Cocemos las castañas junto al azúcar, la leche y la ralladura de limón , unos 30 minutos aproximadamente. Una vez cocidas las trituramos bien, asegurándonos de que el resultado sea una crema bien batida y homogénea, sin trozos.

MOUSSE DE CASTAÑAS. 

INGREDIENTES. 
200 gramos de puré de castañas.
100 gramos de chocolate con leche.
 50 gramos de azúcar.
20 gramos de chocolate negro. 
400 ml de nata para montar. 
2 cucharadas soperas de coñac. 
3 hojas de gelatina neutra.

ELABORACIÓN. 

Rallamos el chocolate negro y reservamos.
Calentamos el puré de castañas y le añadimos el chocolate con leche troceado y el azúcar. Movemos  bien para que se fundan los dos ingredientes en la crema. Ponemos las dos cucharadas de coñac y la gelatina previamente hidratada y volvemos a mover. Retiramos del fuego para que vaya perdiendo temperatura mientras montamos la nata. 
 Para montar la nata usaremos una batidora de doble varilla. La nata debe estar muy fría para que monte bien. Podemos meter las varillas en el frigorífico y un bol metálico para asegurarnos de que todo esté muy frío.  Una vez montada la nata  le agregamos el chocolate negro rallado y la mezclamos con la crema de castañas y chocolate con leche, que debe estar a temperatura ambiente. 
Para integrar la crema con la nata lo haremos con movimientos envolventes, para evitar que se nos baje. 
Ya tenemos nuestra mousse. 
Sacamos el molde que habíamos metido en el frigorífico y ponemos la mousse encima de la base. Metemos en el congelador ocho horas al menos. 


GLASEADO DE CHOCOLATE BLANCO Y NARANJA. 


INGREDIENTES.

125 ml de leche.
300 gramos de chocolate blanco.
30 gramos de azúcar. 
2 hojas de gelatina neutra. 
Piel de una naranja o aroma de naranja.
Colorante naranja en gel (opcional). 

ELABORACIÓN. 

Lavamos y pelamos la naranja con cuidado de no coger la parte blanca de la cáscara, porque amarga, solo usaremos la piel de color naranja. 
Calentamos la leche con el azúcar y movemos con una cuchara para que se disuelva bien, le agregamos la cáscara de naranja y cuando empiece a hervir apagamos el fuego y dejamos infusionar una hora. Pasamos la leche por un colador para quitarle la cáscara. 
Volvemos a calentar la leche para ponerle el chocolate blanco en trozos y que este se funda. Para que se funda más rápido movemos con una cuchara. Lo retiramos del calor. Si queremos ponerle el colorante lo haremos en este momento. 
Hidratamos la gelatina en un bol con agua el tiempo que indique su envase (2-4 minutos).
Cuando la crema resultante de mezclar chocolate y leche esté a 90 grados le agregamos la gelatina hidratada y escurrida. Movemos bien para que se disuelva e integre con la crema. 
Ya tenemos nuestro glaseado. Solo nos queda esperar a que la temperatura del glaseado baje hasta los 35 grados para ponerlo sobre nuestra tarta y cubrirla con este. 

Cuando tengamos el glaseado a unos 40 grados sacamos la tarta del congelador, la desmoldamos y la ponemos encima de una rejilla. Colocamos la rejilla sobre una bandeja, ya que vamos a verter el glaseado sobre el centro de la tarta, de modo que él solo la vaya cubriendo desde el centro a los laterales. Lógicamente el glaseado sobrante caerá en la bandeja. 

DECORACIÓN. 


La decoración la podemos hacer con el molde de chocolate que más os guste y con castañas, tanto troceadas como enteras. Yo he utilizado un molde de silicona para los corazones, aunque moldes podemos sacar improvisados de muchos sitios: por ejemplo, los círculos están sacados de un paquete de donuts vacío. 






En la entrada del blog Chocolate podéis ver el proceso de templado de este producto y como hacer figuras y dibujos para decorar tartas. 

jueves, 30 de octubre de 2014

CHOCOLATE (TEMPLADO, DIBUJOS, FIGURAS, BOMBONES).

Me encanta el chocolate. No solo comérmelo, que también, sino trabajar con él: coger una tableta, fundirla y ver el brillo, el color...Coger una cuchara llena de chocolate y dejarlo caer. Me gusta el proceso de convertir un chocolate, en tableta o en una pieza, en algo distinto: bombones, dibujos, piruletas, figuras...
Cuando te metes en el mundo del chocolate te atrapa. Es un mundo infinito y lleno de posibilidades. 
Es, por excelencia, uno de los ingredientes más ricos y versátiles que hay.
Empecé hace casi dos años buscando en internet cómo decorar una Tarta de la abuela, con forma de castillo de princesas, con chocolate. Quería que fuese entera de chocolate porque era un regalito especial para mi hija Laura, que es casi tan adicta al chocolate como yo.
Entonces me di cuenta de la cantidad de cosas que se podían hacer con chocolate y mi cabeza no paraba de maquinar, hasta el punto de que me despertaba en mitad de la noche por cualquier ruido y ya no podía conciliar de nuevo el sueño, porque buscaba y buscaba en mi mente moldes improvisados. Menos mal que esa manía se me pasó sin llegar a tener que medicarme 😅. 





En este post o entrada quiero compartir lo que he ido aprendiendo sobre chocolate en los dos últimos años. 
Vamos a comenzar por algo básico y esencial: el templado. 

TEMPLAR EL CHOCOLATE. 

Cuando cogemos una tableta y la fundimos debemos tener en cuenta que el chocolate, para mantener sus propiedades originales (brillo, textura, color) , debe ser sometido al proceso de templado. Esto es, fundirlo en la temperatura y modo más adecuado para que la manteca y el cacao se mezclen adecuadamente y no nos dé problemas como falta de brillo, manchas blancas o que pierda su textura crujiente cuando se haya enfriado. 
Conozco dos formas de templar el chocolate:  con espátula o por siembra.
CON ESPÁTULA. Todos hemos visto alguna vez templar el chocolate mediante el espatulado. Es decir, volcando el chocolate ya fundido sobre una mesa de mármol y mezclarlo, al mismo tiempo que enfriarlo, con una espátula. Se reduce la temperatura del chocolate , al tiempo que, si hay algún grumo o trozo sin fundir se disuelve. Este método, para mí, tiene un problema: ensucia demasiado. 
POR SIEMBRA. Yo prefiero templar el chocolate mediante siembra o sembrado, curioso nombre. Este método consiste en fundir el chocolate al baño maría y "sembrar" este chocolate (ponerle al chocolate fundido trozos sin fundir) con otro picado, rallado o en onzas. Me centro en explicar el paso a paso de este proceso. 
1. Ponemos un bol al baño maría con chocolate troceado, rallado, en perlas... Pondremos un 67 % del total del chocolate que queramos fundir. Es decir, si queremos fundir una tableta de 200 gr pondremos 134 gramos en un bol,al baño maría, y lo fundiremos a 47-50 grados (chocolate negro). 
Debemos tener especial cuidado para que no caiga agua en el chocolate, o lo estropeará.
2. Una vez fundido el chocolate, lo quitamos del fuego y le agregamos el 33% restante de nuestra tableta. Es decir, los 66 gramos que teníamos reservados. De este modo, fundiremos el chocolate reservado y nos ayudará a "templar" o disminuir la temperatura a 29 grados. Para esto mezclamos bien con una cuchara hasta que esté todo fundido o prácticamente fundido.
3. Volvemos a poner nuestro bol al baño maría, hasta que el chocolate alcance una temperatura de 37 grados. Apagamos el fuego y lo dejamos enfriar hasta los 30- 33 grados. Este es el momento de utilizarlo. 

Para fundir chocolate con leche seguiremos estos mismos pasos, pero le restaremos a la temperatura de cada paso dos grados.

Para fundir chocolate blanco seguiremos estos mismos pasos, pero le restaremos a la temperatura de cada paso cuatro grados.

TEMPLADO EN EL MICROONDAS.

Para fundir el chocolate en el microondas lo metemos 30 segundos. Sacamos el chocolate, lo movemos y lo volvemos a meter otros 30 segundos (67 % de chocolate). Movemos de nuevo, le agregamos el chocolate restante (33 %) y dejamos que se funda. Lo vamos moviendo con una cuchara hasta que no queden grumos. Si queda algún trozo o grumo introducimos el chocolate de nuevo en el microondas durante 5 segundos y movemos. Este proceso lo repetiremos hasta que tengamos el chocolate fundido. 

Una vez templado el chocolate lo podremos usar para hacer bombones, figuras, dibujos... Mantendrá el brillo, el color y la textura crujiente original. 



DIBUJOS EN CHOCOLATE. 

Yo comencé a trabajar con el chocolate hace aproximadamente dos años, haciendo una tarta para el cumpleaños de mi hija Laura, como cuento en mi receta  tarta de la abuela. Las tartas infantiles quedan muy bonitas decoradas con un dibujo, y a los niños les hace mucha ilusión. Buscando como decorar una tarta infantil me topé con un dibujo en chocolate y me llamó mucho la atención. Yo tenía que aprender a hacer eso. Alguien me dijo que era imposible que consiguiese hacer algo parecido a lo que yo había visto, y eso me animó un montón. Ahora que tengo la técnica dominada puedo decir que no es nada complicado, que es muy vistoso y que sólo requiere de un poco de paciencia y de algo de práctica. Lógicamente, los primeros dibujos que hice no eran tan perfectos ni tan bonitos como los que hago ahora. He ido aprendiendo trucos que no he encontrado en ningún sitio y que he asimilado por ensayo y error. Estos trucos los voy a compartir para que cualquiera a quien le apetezca hacer un dibujo en chocolate sepa exactamente como debe hacerlo. 

Para hacer cualquier dibujo en chocolate no hace falta saber dibujar, en realidad no dibujamos, sino que calcamos un dibujo. 
Vamos a necesitar, para comenzar:
1. La fotocopia del dibujo o foto que queramos calcar. 
2. Un papel de vegetal, una lámina de acetato o un plástico transparente de uso alimentario. Cualquiera de estos tres materiales nos servirá. Yo prefiero usar la lámina de acetato porque le aporta brillo al chocolate, cosa que no sucede con el papel vegetal.
3. Un vaso vacío. 
4. Una manga pastelera desechable o una bolsa de plástico apta para uso alimentario.
5. Palillos. 

ELABORACIÓN 

Ponemos encima de nuestro dibujo fotocopiado una lámina de acetato (la fijamos con celo o fixo para que no se mueva el dibujo, ya que trabajaremos sobre el acetato). 
Cogemos chocolate negro previamente templado y lo introducimos en una manga pastelera o bolsa de plástico. Si metemos la manga en un vaso nos será más sencillo poner el chocolate dentro de la manga, sin manchar demasiado. Tal y como se aprecia en la foto. 

Cerramos la manga, con el chocolate dentro, y apretamos el chocolate hasta que esté en el pico que hace la manga desechable. Entonces cortamos con unas tijeras ese pico o punta. Lo que pretendemos es convertir la manga en un lápiz y el pico de la manga nos servirá de punta del lápiz. Por lo tanto, cortaremos la punta de modo que quede un agujero pequeño. Para que con el chocolate, que nos servirá de tinta, se puedan hacer trazos pequeños (para los más finos utilizaremos un palillo mojado en chocolate, como si fuese una pluma estilográfica). Si cometemos algún error, borraremos con papel de cocina. 

En la fotografía de la izquierda podemos apreciar la fotocopia de la foto que queríamos hacer en chocolate. Sobre ella tenemos la lámina de acetato, que es el material que hemos elegido para trabajar el chocolate. También se observa la manga, con el chocolate dentro. 
Se trata de calcar el dibujo con chocolate negro. Dejar que se enfríe este del todo y se ponga duro (podemos usar frigo o congelador para acelerar el proceso) y cubrirlo con chocolate blanco previamente templado. 


También podemos hacer dibujos en color. 
Para hacer estos dibujos tenemos que utilizar colorantes liposolubles, que son los aptos para chocolate. Para ello, calcaremos nuestro dibujo con chocolate negro, y pondremos colorante en el chocolate blanco después de templarlo. Para cubrir el dibujo. 
Hacer el dibujo en color es algo más laborioso que hacerlo en blanco y negro. Ya que tendremos que esperar que se enfríe cada color antes de poner el siguiente, para que los colores no se mezclen. Para cubrir partes pequeñas, tipo ojos o boca, podemos usar la manga pastelera o el palillo. Así conseguiremos mejores resultados.
En España, no es fácil encontrar colorantes liposolubles que no sean los colores básicos (rojo, azúl, amarillo y naranja), aunque existen. Podemos pedirlos a EEUU, o jugar con las mezclas. 
Para empezar a dibujar en chocolate, yo elegiría un dibujo que no requiera hacer muchos trazos finos. Hasta que cojamos un poco de práctica ( Hello Kitty, la calavera de las Monster high, Pocoyo, Peppa Pig... Son dibujos bastante asequibles). 
Cuanto más grande sea el dibujo más fácil serà hacerlo. 
Este dibujo es el logotipo del blog cacocinas, en chocolate. 

Si queremos hacer un retrato, usaremos chocolate negro para el pelo, las sombras y las líneas principales. Chocolate con leche para las sombras secundarias (como podemos observar en la foto de cacocinas) y cobertura blanca para el fondo. 
Si el dibujo lleva letras tendremos que imprimirlo en espejo, para que las letras aparezcan al revés, como podemos observar en el dibujo en color de Elsa de Frozen, donde pusimos el nombre y el número al revés (en espejo). De este modo, al darle la vuelta al dibujo leeremos las letras perfectas. 

MARIPOSAS 

Hacer la figura de una mariposa es bastante sencillo. 
Necesitamos papel vegetal, una manga desechable y un libro. 
Doblamos el papel vegetal por la mitad y volvemos a su posición original, de modo que quede una raya de haber hecho la doblez en el papel. 
Metemos el chocolate en la manga, cortamos la boquilla para dibujar y dibujamos una mariposa sobre el papel vegetal. De modo que el cuerpo de la mariposa quede encima de la raya y las alas a ambos lados. Si no sabemos dibujar una mariposa usaremos una fotocopiada. 
Para que la mariposa quede con las alas levantadas la meteremos ,una vez dibujada en el papel vegetal , en un libro semiabierto, al cual le buscaremos apoyos a ambos lados para que quede en esa posición hasta que se pongan duras nuestras mariposas, sin abrirse del todo ni cerrarse. Nuevamente, podemos usar el frigorífico para acelerar el proceso.

BOMBONES, PIRULETAS Y FIGURAS EN MOLDE. 

Para hacer bombones, piruletas o cualquier figura podemos usar moldes. Existen diferentes tipos de moldes para chocolate en el mercado: policarbonato, acetato o silicona. Estos últimos son los más sencillos de encontrar, aunque para mí, los mejores para chocolate son los de acetato y policarbonato, ya que le aportan brillo. 
No siempre tenemos que comprar los moldes. Con un poco de imaginación y observando lo que tenemos en nuestras cocinas podemos improvisar bastantes moldes para chocolate. Hubo un tiempo en el que todo lo que veía a mi alrededor era un molde perfecto. Sólo tenía ojos para moldes improvisados. Por ejemplo, un vasito de gelatina vacío, si nos fijamos en la parte de abajo, tiene forma de flor. Cortándolo podemos hacer una flor piruleta perfecta. Lo mismo sucede con algunos botellines de agua. 
Si cogemos un vaso de plástico desechable y pintamos las paredes con chocolate, tendremos un macetero en el que podremos meter un helado o servir un postre.
Podemos hacer también unos cuencos de chocolate con unos globos hinchados y prevíamente lavados. Inflamos los globos, los mojamos en chocolate y los ponemos sobre papel vegetal. Cuando esté el chocolate duro lo volvemos a mojar de nuevo, para hacerle una segunda capa, volvemos a poner sobre papel vegetal hasta que este endurezca también. Entonces, pinchamos el globo con cuidado. Nos quedarán unos cuencos perfectos. 
En la foto podemos ver una corona, un libro, un ataúd y una cruz. Todas estas figuras están hechas  cortando una hoja de acetato con la forma correspondiente. Y, unos cuencos, hechos con globos. 

BOMBONES DE CHOCOLATE BLANCO Y FRESAS LIOFILIZADAS. 

INGREDIENTES

Fresas liofilizadas.
Chocolate blanco. 

ELABORACIÓN.

BASE PARA EL BOMBÓN.
Templamos el chocolate y lo ponemos en un molde para bombones, llenando cada cavidad del molde hasta la mitad aproximadamente y asegurándonos que las paredes de dichas cavidades queden cubiertas con el chocolate. Ponemos el molde boca abajo para que escurra el chocolate sobrante. Levantamos y dejamos que endurezca (podemos acelerar el proceso en el frigorífico). Nos  debe quedar un bombón hueco a falta de rellenar y tapar. 
Para hacer cualquier bombón relleno podemos usar este proceso. Le podemos poner gianduja, frutos secos, fresas, peta zeta, licor o lo que nos dicte nuestra imaginación. 

RELLENO. 
Troceamos las fresas liofilizadas en trozos lo más pequeños posible, sin que estén trituradas. 
Mezclamos las fresas con chocolate blanco templado y ponemos la mezcla sobre el chocolate ya endurecido de nuestro molde. Dejamos que ese chocolate se ponga duro antes de desmoldar. 

BOMBONES DE HALLOWEEN. 
Estos bombones van rellenos de peta zeta. A los niños les flipan y son muy originales para la fiesta de Halloween. 
Para hacer el efecto de color, solo tenemos que echar un poco de colorante 
rojo en chocolate blanco templado y remover. Untamos nuestro dedo en el chocolate, que ya estará rojo, y pasamos el dedo sobre las cavidades de un molde de policarbonato de media esfera. Dejamos enfriar y llenamos las cavidades del molde hasta la mitad (a partir de aquí solo tenemos que seguir los pasos de los bombones de fresas liofilizadas, sustituyendo estas por peta zeta).


BOMBONES DE LICOR DE MEMBRILLO, PISTACHOS Y CHOCOLATE BLANCO. 

INGREDIENTES.
Chocolate blanco.
Licor de membrillo.
Pistachos. 

ELABORACIÓN. 
Hacemos la base de los bombones del mismo modo que los bombones con fresas liofilizadas. 
Picamos los pistachos y los mezclamos con el chocolate templado, haciendo una lámina fina de chocolate. Dejamos endurecer la lámina.
Ponemos sobre la base endurecida el licor sin llenar demasiado, menos de la mitad (yo he elegido el de membrillo, pero le podéis poner el que más os guste). 
Como tenemos que cubrir el bombón con chocolate templado y no podemos echar este encima del licor, porque el líquido subiría y se desbordaría. Lo que vamos a hacer es utilizar trocitos de nuestra lámina fina de chocolate y pistachos para separar el licor del chocolate templado. Es decir, cortamos un trozo de la lámina y lo podemos en cada cavidad del molde, debe quedar más o menos encajado a mitad del molde o un poco más arriba, actuando así de aislante para el licor. Una vez que tengamos el licor aislado cubrimos nuestros bombones con chocolate templado. Alisamos la superficie del molde para que los bombones tengan un acabado perfecto, limpiando los restos de chocolate que queden entre bombón y bombón. Dejamos endurecer antes de desmoldar. 



HOJAS DE CHOCOLATE

Podemos hacer unas vistosas hojas de rosal, limonero, naranjo, etc. en chocolate de una manera muy sencilla y económica. Se trata de buscarnos un molde muy natural y ecológico: una hoja. 
Templamos el chocolate. Pintamos o mojamos el reverso de la hoja que elijamos con chocolate, creando una capa lo más gruesa que podamos. Así lo haremos más resistente. Dejamos enfriar bien y despegamos con cuidado la hoja  de nuestro chocolate. De este modo habremos conseguido una hoja de chocolate perfecta. 
Los niños también pueden colaborar. 

PAISAJE DE OTOÑO EN CHOCOLATE. 
Este paisaje está compuesto por hojas de chocolate (que ya hemos visto cómo se hacen), un árbol seco, setas de chocolate, galletas trituradas (para la tierra) y frutos secos. 

El árbol lo hemos hecho con la técnica de chocolate sobre hielo. Para ello hemos colocado tres cubitos de hielo formando una línea. Hemos cubierto el hielo con chocolate fundido. Hemos pasado una cuchara para hacer las líneas del tronco, cuando el chocolate estaba empezando a enducererse. Después solo hay que esperar a que se derrita el hielo. 

Para las setas solo hay que echarle un poco de imaginación. 
Metemos el chocolate templado en una manga pastelera. Cortamos la punta y sobre un papel vegetal hacemos círculos, intentando que acaben en pico por la parte de arriba.
El pie de la seta lo hacemos rellenando una pajita gruesa, cortándola en trozos y dejando que el chocolate endurezca. Después solo tendremos que unir ambas partes con un poco de chocolate fundido.




CÍRCULOS DE CHOCOLATE. 

Con cualquier plástico que tengamos en nuestra cocina podemos hacer unos círculos de chocolate que nos servirán para decorar nuestros postres. 


Partimos una bolsa de plástico por la mitad o cogemos dos plásticos de igual tamaño. 
Templamos chocolate y lo metemos en una manga pastelera desechable. Cortamos la punta de la manga con unas tijeras y sobre uno de los plásticos hacemos montañitas de chocolate. Ponemos el otro plástico encima y con el dedo y cuidadosamente aplanamos las montañitas. El plástico le aportará brillo. De este modo tendremos las dos caras de los círculos de chocolate brillantes. 

Yo he utilizado estos círculos para decorar un mousse de chocolate y café. 




NOUGAT DE CHOCOLATE O GIANDUJA. 

El nougat de chocolate es la pasta resultante de la combinación de chocolate (negro o con leche), frutos secos (almendras, nueces o avellanas) y azúcar, en la misma proporción cada ingrediente, es decir, si ponemos cien gramos de chocolate, tendremos que poner la misma cantidad de azúcar y de frutos secos. 
Esta masa o pasta es ideal para rellenar bombones. 


INGREDIENTES 

100 gramos de almendras peladas.
100 gramos de chocolate negro. 
100 gramos de azúcar. 


ELABORACIÓN.

Ponemos un poco de aceite en una sartén y doramos las almendras. Las ponemos en papel absorbente para quitarles los restos de aceite y trituramos bien junto al azúcar. 
Fundimos chocolate y mezclamos con la pasta anterior y ya está listo para rellenar nuestros bombones. 
Yo les he puesto un poco de sal a las almendras porque me gusta la combinación de sabores dulces y salados, aunque la receta original no lleva. 


Hasta aquí la primera entrega de chocolate. 
Próximamente coberturas y rellenos para tartas, en chocolate. 
Espero que lo disfrutéis.