miércoles, 28 de enero de 2015

CAZUELA DE FIDEOS, RAPE Y GAMBA ROJA.

Suelo hacer cazuela de merluza, pero la de rape todavía no la había probado y , la  verdad, no estaba entre mis planes. No es porque le tenga manía, ni mucho menos, solo que, a veces,uno reproduce las cosas como las ha hecho siempre y no se plantea hacer otras, hasta que vas a la pescadería y la dependienta te dice: llévate la gamba roja, que me queda, y te la dejo a buen precio.Y una, que es facilona, le contesta que sí. Y como la gamba ha colado, repite la operación con el rape y yo, que sigo siendo facilona, vuelvo a decir vale.
 Luego, lo intentó con los boquerones, pero ya no coló.
Una vez en casa pienso: ¿qué hago con un kilo de gamba roja para dos? 
Está claro que medio va a la plancha y el otro medio.... Pues con el rape va muy bien y ,como hace tanto frío, apetece algo calentito y de cuchara: cazuela. 

INGREDIENTES. 

Gamba roja. 
Rape.
Fideos gruesos.
Cebolla (para el caldo y para el sofrito).
Pimiento verde.
Pimiento rojo.
Ajos.
Tomate.
Aceite de oliva virgen extra. 
Pimentón.
Laurel. 
Azafrán. 
Vino fino o manzanilla.
Sal. 

ELABORACIÓN. 

Pelamos las gambas, separando cáscaras, cabezas y colas.
Ponemos las pieles en una cacerola, junto con una cebolla, los huesos del rape, sal, laurel y agua. 
En una sartén ,con aceite de oliva virgen extra, salteamos las cabezas de las gambas. Las agregamos a la cacerola, escurriéndolas bien, para reservarnos el aceite, y ponemos en el fuego, una media hora. Colamos, rectificamos de sal y reservamos.
En ese aceite marcamos las colas del rape y las reservamos.
Partimos la cebolla, el pimiento verde, el pimiento rojo y los ajos.
Hacemos un sofrito. Para ello pochamos la cebolla en el aceite de freír las cabezas, añadimos pimiento verde, rojo. Doramos los ajos. Cuando estén hechos agregamos pimentón dulce y azafrán, procurando que caigan en algún hueco, donde solo haya aceite, para tostarlo un poquito, no mucho, ya que se quema con facilidad. A continuación, agregamos el tomate maduro rallado y mezclamos todo. Cuando el tomate esté frito, le rociamos el vino y dejamos reducir. 
Agregamos el sofrito al caldo y volvemos a reducir, dejándolo un rato, para que se vayan concentrando los sabores. 
Echamos los fideos y, cuando les falte un par de minutos para estar al dente,le ponemos el rape. En el último minuto le agregamos las colas de la gamba roja. 
Lista nuestra cazuela. 



jueves, 22 de enero de 2015

ARROZ CON ALCACHOFAS Y BERBERECHOS.

Este va a ser el primer arroz que publique. Me ha gustado tanto que no puedo evitar guardar la receta para poder repetirlo tal cual en un futuro. Y ya que tengo que escribir la receta, voy a aprovechar para compartirla. 
Este arroz lo he ideado para participar en el reto del grupo de Facebook "Los Arroces". El reto de este mes consiste en hacer un arroz con alcachofas y otro ingrediente principal más. Este arroz puede ser seco, caldoso o meloso. Yo he elegido este último para participar: un meloso de alcachofas y berberechos con un caldo de jamón ibérico y mantecado con una crema de alcachofas. 
INGREDIENTES.

Para el caldo. 
Huesos de jamón ibérico.
Cebollas.

Para el sofrito. 
 
Cebollas.
Pimiento rojo.
Pimiento verde. 
Alcachofas. 
Ajos.
Tomates. 
Pimentón dulce. 
Azafrán.
Aceite de oliva virgen extra.
Sal. 

Para el crujiente.

Alcachofas. 
Sal. 
Aceite de oliva virgen extra. 

Para la crema de alcachofas.

Cebolla. 
Alcachofas. 
Ajo. 
Aceite de oliva virgen extra. 
Caldo de jamón ibérico. 
Sal. 

Para el arroz. 

Arroz bomba.
Sofrito.
Caldo de jamón ibérico. 
Crema de alcachofas. 
Crujiente de alcachofas.
Berberechos. 



Tacos de jamón ibérico (para decorar y acompañar). 



ELABORACIÓN. 

La protagonista de este arroz es, sin duda alguna, la alcachofa. Buscando diferentes texturas y un intenso sabor, a esta verdura, hemos puesto alcachofas en el sofrito, en el crujiente y en la crema, la cual hemos utilizado para mantecar y dar así mayor cremosidad a nuestro meloso. 

Comenzamos haciendo un caldo con los huesos de jamón y cebolla. 
Para ello, partimos la cebolla por la mitad y la asamos en una sartén. Una vez asada la ponemos en una olla junto a los huesos de jamón, agua y un poco de sal al final, si hiciera falta. 
 
Vamos a adelantarnos haciendo un sofrito como base para nuestro arroz. Dejándolo preparado para cuando lo necesitemos. 
Partimos la cebolla y las alcachofas, quitándole previamente las hojas duras y quedándonos con el corazón. Cortamos pimiento verde y pimiento rojo y lo sofreímos todo, en aceite de oliva virgen extra. Le agregamos los ajos. Cuando estos estén dorados le ponemos el azafrán y el pimentón. Rápidamente, le añadimos el tomate rallado, para que no se nos quemen estos dos últimos ingredientes. Una vez esté el tomate frito, le agregamos un poco de caldo, para que se cuezan las alcachofas y lo dejamos reducir. Reservamos. 
Por otro lado, haremos una crema de alcachofas. 
En un cazo pochamos un poco de cebolla, le agregamos una alcachofa partida en juliana, un ajo y doramos. Le añadimos un poco de nuestro caldo y dejamos cocer hasta que la alcachofa esté tierna. Trituramos. Pasamos por un chino para quitar impurezas y reservamos la crema. 
Ahora vamos con el crujiente.
 Le quitamos a las alcachofas las hojas más oscuras y pelamos el tallo. Partimos longitudinalmente. Le quitamos los pelillos que tienen en el corazón, ya que amargan. Freímos en abundante aceite de oliva. Reservamos.
Abrimos en una sartén, con unas gotas de aceite, los berberechos, tapados para generar vapor. Reservamos.
Vamos con el arroz. Arrancamos con el sofrito. Rehogando el arroz en este para que coja todo su sabor. Le damos unas vueltas y le agregamos un poco de caldo, con un cucharón. Movemos para que vaya soltando el almidón y le dé cremosidad. Cuando el arroz se haya chupado este caldo repetimos la operación. Esto lo haremos tantas veces como sea necesario, hasta que el arroz esté casi en su punto. Una vez tengamos nuestro arroz casi hecho, mantecamos con la crema de alcachofa. Le ponemos unas cucharadas y movemos, tal y como hemos hecho con el caldo.
Para emplatar, ponemos el arroz en nuestro plato. Encima de este el crujiente de alcachofa, los berberechos y los taquitos de jamón alrededor. 
Y listo nuestro arroz meloso. 
Por cierto, he ganado el reto y con él un estupendo premio: un lote de Arroz La Perla y otro de Óleo Quirós Finca la Moncloa. 





domingo, 18 de enero de 2015

CHOCOLATE RUBIO.

Yo pensaba que solo existían tres tipos de chocolate ( negro, con leche y blanco), hasta que hace unos días descubrí que hay cuatro: los tres que acabamos de nombrar y un derivado del chocolate blanco, un cuarto chocolate,que se hace a partir de un chocolate blanco de calidad. Se trata del chocolate rubio.
El chocolate rubio es un chocolate blanco caramelizado a fuego lento. Su aroma a caramelo y mantequilla y su sabor nos recuerdan al toffee o a unas deliciosas galletas. 
Este chocolate nació como un descubrimiento accidental: su creador, Frederic Bau, dejó el chocolate blanco al baño maría y se olvidó de él por completo. Cuando se dio cuenta habían pasado unas horas y este chocolate había adquirido un color marrón-dorado: tenía un chocolate caramelizado con un sabor realmente sorprendente. 

Podemos elaborar este chocolate rubio en casa, si disponemos de un chocolate blanco de calidad, con más de un 25% de cacao, y tenemos una paciencia tremenda. Se puede hacer de dos formas: en el horno o a fuego lento,en un cazo o sartén. Yo he elegido esta última y es la que voy a explicar. 

INGREDIENTES. 
200 gramos de chocolate blanco. 
10 gramos de mantequilla (opcional). 

ELABORACIÓN. 

Partimos la tableta de chocolate blanco en onzas y la ponemos a fuego muy muy lento para que el chocolate se vaya caramelizando y no se queme. Hay que tener cuidado, ya que si la temperatura es elevada se quemará. Debemos mover el chocolate con una cuchara cada cuatro o cinco minutos para que se haga uniformemente. Este proceso es lento. Yo he estado una hora y media hasta que el chocolate ha cogido este tono dorado. 
Una vez que lo vemos del color deseado le agregamos la mantequilla, que le aportará brillo, y movemos hasta que esta se integre en el chocolate. Una vez integrada ya lo podemos usar para hacer lo que nos apetezca: bombones, figuras, letras, etc. O utilizarlo como cualquier chocolate para elaborar postres. Para templarlo lo trataremos del mismo modo que a un chocolate blanco. 
Su sabor, su cremosa textura y su aroma os sorprenderán bastante.