El chocolate rubio es un chocolate blanco caramelizado a fuego lento. Su aroma a caramelo y mantequilla y su sabor nos recuerdan al toffee o a unas deliciosas galletas.
Este chocolate nació como un descubrimiento accidental: su creador, Frederic Bau, dejó el chocolate blanco al baño maría y se olvidó de él por completo. Cuando se dio cuenta habían pasado unas horas y este chocolate había adquirido un color marrón-dorado: tenía un chocolate caramelizado con un sabor realmente sorprendente.
Podemos elaborar este chocolate rubio en casa, si disponemos de un chocolate blanco de calidad, con más de un 25% de cacao, y tenemos una paciencia tremenda. Se puede hacer de dos formas: en el horno o a fuego lento,en un cazo o sartén. Yo he elegido esta última y es la que voy a explicar.
INGREDIENTES.
200 gramos de chocolate blanco.
10 gramos de mantequilla (opcional).
ELABORACIÓN.
Partimos la tableta de chocolate blanco en onzas y la ponemos a fuego muy muy lento para que el chocolate se vaya caramelizando y no se queme. Hay que tener cuidado, ya que si la temperatura es elevada se quemará. Debemos mover el chocolate con una cuchara cada cuatro o cinco minutos para que se haga uniformemente. Este proceso es lento. Yo he estado una hora y media hasta que el chocolate ha cogido este tono dorado.
Una vez que lo vemos del color deseado le agregamos la mantequilla, que le aportará brillo, y movemos hasta que esta se integre en el chocolate. Una vez integrada ya lo podemos usar para hacer lo que nos apetezca: bombones, figuras, letras, etc. O utilizarlo como cualquier chocolate para elaborar postres. Para templarlo lo trataremos del mismo modo que a un chocolate blanco.
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